viernes, 29 de junio de 2012

La belleza es efímera

Era el mejor candidato. Un cuerpo envidiable, una sonrisa arrebatadora, unos ojos cautivadores y una labia que encantaba hasta las serpientes. No tenía rival. Todos los sabían. Cuando llegó el día de la final, se pavoneó por la pasarela convencido de que todos caerían a sus pies obnubilados. Se acercó al pie de la tarima a recoger una rosa con la mejor de sus sonrisas. En ese preciso instante, un foco que bajaba a una velocidad vertiginosa, le partió la cabeza en dos. ¡Qué efímera es la belleza!

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