viernes, 17 de agosto de 2012

Detrás de las tinieblas

Al amanecer, apartaba las cortinas negras que ocultaban su horizonte, ese, que los noticieros se empecinaban en pintar, con los colores que sacaban de la profundidad de las tinieblas. Pero él, también, se había empeñado en pintar su futuro con el verde de la esperanza.

viernes, 10 de agosto de 2012

El inesperado regalo

El mundo que yo conocía y en el que era feliz, se desmoronó para siempre en ese instante. Todo por aquel regalo que me entregó el mensajero. ¿Pedro Rodríguez? preguntó. El mismo, dije. Firmé. Mi mujer se acercó. ¿Te han traído un regalo por Navidad? ¿Quién? No sé, contesté. Leí la nota. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. ¿Recuerdas?, leí. Firmaba Vicky. Abrí la caja, dentro un tanga de encaje rojo. ¿Pero que coño es eso? Preguntó mi mujer. No tengo ni idea, no conozco a ninguna Vicky, le contesté, buscando una explicación plausible, pero no pude.

viernes, 3 de agosto de 2012

Era un volcán

Ella era un volcán y lo sabía. Desde el primer día que sintió sus labios húmedos, su piel mulata, supo que terminaría caminando sobre los ríos de lava, de su pasión desenfrenada y que se quemaría.

No había otra salida que seguirla, porque deseaba sus besos, sus caricias, su mirada y la forma en que le hacía el amor, hasta dejarlo extenuado. 
Terminó amándola con locura, deseándola todos los días, aunque fuera después de las cinco, aunque fuera después del verde impúdico de cien euros y pesar de que siempre se iba, con la promesa de volver, cuando él quisiera.